Una de las grandes preocupaciones de los ciudadanos es cómo ahorrar en el consumo eléctrico. Las compañías eléctricas suelen complicar las facturas de electricidad. En este artículo pretendemos arrojar algo de luz para que el usuario sepa cómo puede ahorrar en el consumo de electricidad en su hogar o negocio.
Cuál es el funcionamiento de las facturas de electricidad
Las facturas de electricidad se suelen emitir con una periodicidad bimensual. Se estructuran en varios apartados tales como:
Potencia: Cada vivienda o local comercial podrá tener contratada una potencia eléctrica según la superficie y características del inmueble. Cuanta más potencia tengamos contratada, más nos cobrarán en cada factura. Hoy en día, la potencia que se instala en viviendas nuevas es de 5,75 kW, equivalente a una vivienda de superficie media (alrededor de 85 m2). Para viviendas de más superficie podemos encontrarnos con potencias de 7.7 KW. En función de las necesidades de nuestra vivienda o local (calefacción eléctrica, equipos eléctricos, etc.), podemos contratar más o menos potencia.
Consumo eléctrico: Es el gasto directo que hacemos, se mide en kilovatios-hora (kWh). La cantidad de dinero que el usuario deberá pagar es el resultante de multiplicar el consumo (en un periodo determinado) por el precio en euros del KW/h. El precio del kWh puede variar según el tipo de tarifa y, desde hace poco, también con la hora del día en que lo consumamos. El precio del KW/h ronda los 0,14 €/kWh.
Otros gastos: En la factura encontraremos otros gastos tales como el alquiler del contador y los impuestos sobre la electricidad (mantenimientos, etc.), además del tipo de IVA aplicable. El alquiler del contador suele rondar los 12 € anuales y los impuestos por mantenimiento los 40 € al año.
Cuando las compañías eléctricas no conocen nuestro consumo por habernos dado de alta recientemente, suelen cobrar una cuota fija inicial que se basará en la potencia eléctrica contratada para nuestra vivienda. Para que nos hagamos una idea esta cifra puede ir de entre los 165 € para potencias pequeñas hasta los 320 € para potencias mayores.
Es aconsejable que ajustemos la potencia contratada a nuestras necesidades, pero teniendo en cuenta que si contratamos poca potencia, los diferenciales de nuestra vivienda saltarán cada vez que superemos esa potencia, por ejemplo al encender el horno de nuestra cocina o encender la calefacción eléctrica.
El gasto de energía
Como podemos observar, el gasto más importante en nuestra factura eléctrica se basa en la energía consumida.
Debemos tener en cuenta que para los mismos servicios (calefacción, cocina, por ejemplo) podemos utilizar distintos tipos de energías como el gas (natural o butano, normalmente) energía solar, biomasa, etc. Los precios de estas energías son diferentes y debemos estudiarlas detenidamente.
Por ejemplo, mientras que el precio de la electricidad ronda los 0,14€/kWh, como hemos comentado anteriormente, el precio del gas natural ronda los 0,05 €/kWh, lo que es menos de la mitad. Esto nos hace pensar inicialmente que podremos reemplazar la electricidad por el gas, pero no en todos los casos.
Las energías alternativas a la eléctrica que se consumen en una vivienda se reducen a los sistemas de calefacción. La calefacción es, generalmente, el principal gasto de energía de una vivienda, y es en el que debemos dirigir nuestros esfuerzos a la hora de ahorrar energía.
Por término medio, en España, consumismos unos 5.000 kWh de energía al año en calefacción. Si tuviésemos energía eléctrica (radiadores eléctricos o suelo radiante eléctrico), este gasto supondría unos 700 € al año, mientras que con gas natural (o butano o propano) gastaríamos 250 € más los fijos que correspondan.
A cuánto ascienden los gastos de energía anuales
Además de la calefacción, que por su alto precio es recomendable que no sea eléctrica, encontramos en las viviendas otros gastos energéticos tales como:
Iluminación: El consumo anual en España ronda los 400 kWh por hogar. Esto supone que consumimos unos 56 €. Cabe decir que este consumo varía mucho dependiendo de si tenemos bombillas incandescentes (consumen mucho), de bajo consumo, halógenas, fluorescentes o LEDs (consumen muy poco).
Cocina: Consumimos de media unos 700 kWh en España. Si la cocina es eléctrica, y ahora casi todas lo son, gastaríamos unos 100 € anuales.
Agua caliente: En España consumimos de media unos 1.900 kWh al año, en función de las zonas del país. Esto significa que si utilizamos un termo eléctrico, tendremos un consumo anual de unos 266 €. Por eso, es frecuente que utilicemos una caldera de gas, lo que nos dará un coste anual de unos 95 €.
Aire acondicionado: Se consume de media unos 170 kWh. Gastaríamos unos 24€ al año. Al igual que con la calefacción este dato varía mucho dependiendo del sitio de España en el que estemos. En el norte de España apenas se utiliza aire acondicionado o si se hace es sólo durante un par de meses al año, en otras zonas del sur y este de España el consumo suele ser mucho mayor.
Electrodomésticos: Los más empleados son los frigoríficos (660 kWh / año, lo que supone unos 92 €); congelador (una media de 560 kWh, unos 78 €); televisor (consumimos de media unos 260 kWh, lo que equivale a unos 36 €); lavadora (de media unos 260 kWh, gastaríamos unos 36 €); secadora (260 kWh, unos 36 €) y lavavajillas ( consumimos de media unos 250 kWh, o lo que es lo mismo, unos 35 € al año).
Otros electrodomésticos como los ordenadores personales y los hornos no están contabilizados, pero deberían tenerse en cuenta.
También consideraremos otros electrodomésticos pequeños como secadores de pelo (1000 W), freidoras (1000 W), microondas (1000 W), plancha (1000W), cafetera (700 W) y tostadora (500W).
Una cuestión a tener en cuenta es el uso de electrodomésticos en la modalidad stand-by, lo que supone de media al año unos 231 Kwh., o lo que es lo mismo unos 32 €.
Todos estos gastos supone que en nuestro país el consumo anual ronde los 3.500 Kwh, es decir unos 560 € en el término de energía de nuestra factura. A esta cifra debemos incrementar unos 300 € en concepto de la potencia contratada, unos 40 € de impuesto de energía y 12 del alquiler del contador, y por supuesto el IVA correspondiente. Esto nos dará una cifra de unos 1.000 € de gasto de energía anual, que es lo que consume de media una vivienda en España.
Por consiguiente, para ahorrar en la factura eléctrica, es muy importante que nuestros electrodomésticos y aparatos eléctricos consuman lo menos posible.
Esto nos lleva a poner toda la atención en la calificación energética de estos electrodomésticos y equipos. Las calificaciones energéticas se miden en una escala de letras, desde la A a la G, siendo la A la máxima eficiencia energética y la G la menos eficiente. También deberemos tener en cuenta los grados tales como la A+, A++, A+++, etc.).
Otro consejo es el empleo de bombillas de bajo consumo, como fluorescentes o LEDs en lugar de las lámparas incandescentes o las halógenas (que ya se están dejando de comercializar). Se recomiendo no calentar el agua caliente a temperaturas demasiado elevadas, y no dejar los electrodomésticos en stand-by.
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